Primero estudié Educación Infantil en la UTPL, para trabajar con niños regulares y nunca me imaginé especializarme en personas con discapacidad, pero una pequeñita -Sara- cambió mi mundo. En la Fundación empezamos en el 2011 con ella y 4 chiquitos más, y después fuimos creciendo, cada nueva persona que llegaba era diferente, cada uno tenía su propia lucha, pero todos eran felices y me gustó la capacidad que tenían de siempre sonreír… eso me enseñó que a veces uno se complica la vida por nada. Los veía y me decía a mi misma: “¿Qué te pasa?”
“Ya no soy la misma persona, ahora veo la vida diferente”
Fundación Triada a mi me cambió, vengo acá y estoy en otro mundo en el que no hay tristeza. Alguien dijo que no se debe mezclar la emoción con el trabajo, pero es imposible. Haces un vínculo con ellos y no se puede trabajar sin amor, tienes que hacerlo con el corazón.
Quiero aprovechar este medio para decirle a todo el mundo que siempre hay algo más que hacer, solo es cuestión de abrir nuestra mente y nuestro corazón. Sueño con un futuro en el que las personas con capacidades diferentes tengan más oportunidades, sobre todo económicas, porque eso hace la diferencia.
Fundación Triada a mi me cambió, vengo acá y estoy en otro mundo en el que no hay tristeza. Alguien dijo que no se debe mezclar la emoción con el trabajo, pero es imposible. Haces un vínculo con ellos y no se puede trabajar sin amor, tienes que hacerlo con el corazón.
Quiero aprovechar este medio para decirle a todo el mundo que siempre hay algo más que hacer, solo es cuestión de abrir nuestra mente y nuestro corazón. Sueño con un futuro en el que las personas con capacidades diferentes tengan más oportunidades, sobre todo económicas, porque eso hace la diferencia.